Conocemos much@s de nuestr@s alumn@s desde la infancia, es decir, desde la época en donde estaban todavía en la cuna. Y eso es muy enriquecedor, ya que durante tantos años les ofrecemos la diversidad de nuestra identidad y los razones para ser uno mismo, para que cuando terminen la Educación Secundaria Obligatoria puedan elegir libremente su camino hacia el futuro. En un periodo de dieciséis años vivimos con nuestr@s alumn@s educandol@s, y aprendemos todos mutuamente: nosotros con/sobre ellos y viceversa. Este punto de vista nos da la oportunidad para desarrollar y analizar nuestras metodologías de enseñanza y nuestro Proyecto Educativo.

Y le ponemos especial atención al desarrollo que generan nuestr@s alumn@s en la adolescencia. Y en este aspecto, juega un rol muy importante la Educación Secundaria Obligatoria. Ya que son tan enriquecedoras como diversas las sensaciones y puntos de vista de los adolescentes. Y basándose en la creatividad y la investigación, desarrollamos proyectos interdisciplinares, para que en un futuro próximo, nuestr@s alumn@s sean unos ciudadanos responsables y comprometid@s de nuestra sociedad.

En ese sentido, particularmente en la ESO, se desarrolla todavía más la conexión interdisciplinaria entre l@s alumn@s y l@s profesor@s. Utilizamos para ello las tutorías personalizadas y los trabajos en grupo, ya que la mejor manera de conocer e integrar una persona, es que sea bien integrada en su entorno, y para que pueda sentirse bien allí.

Así pues, nuestro proceso de aprendizaje es un viaje, que se comienza en la infancia y se termina siendo un adulto. Y ese viaje es diverso, ya que se basa en la diversidad de las oportunidades (dentro de la enseñanza y dirigida hacia la sociedad), y además, cada uno de nosotros aprende quién es, dentro de nuestra comunidad.