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Una nueva forma de enseñar y aprender

EKI es el primer material didáctico específicamente orientado a la educación basada en competencias. Desarrollado por Ikaselkar, se presentará el mes que viene y estará disponible, inicialmente para Primero de ESO, el próximo curso

DV: NEREA AZURMENDI | SAN SEBASTIÁN.

    <<El proyecto ha sido testado y validado por 226 docentes en 23 centros de enseñanza>>

De la educación basada en competencias se viene hablando desde hace años. Lo han hecho, entre otros muchos, la OCDE, la Unesco o la Comisión Europea. La propia Ley Orgánica de Educación ya establecía en 2006 que una educación completa es la que proporciona a los jóvenes «los conocimientos y las competencias básicas que resultan necesarias en la sociedad actual».

Ni tan siquiera la controvertida Lomce pone en cuestión ese enfoque, porque se admite de manera prácticamente unánime que, frente a lo que consagraba la visión más tradicional y academicista de la educación, de poco sirve recitar de memoria la tabla periódica de los elementos o saber en qué orden y en qué fechas se sucedieron los Austrias -por poner dos ejemplos extremos de educación basada en la acumulación de datos-, si esos y otros contenidos no se integran en los restantes aspectos de la vida de los alumnos y si, por otra parte, no sirven para que lo que se aprende sea útil para algo más que para la vida académica.

Partir de cero

Curiosamente, sin embargo, no había hasta la fecha materiales didácticos específica y expresamente concebidos sobre esas premisas, pero ya existen: responden al nombre de EKI, serán presentados a la comunidad educativa en unas jornadas que tendrán lugar los días 15, 16, 17 y 18 de abril y estarán a disposición de todos los centros escolares a partir del próximo curso, inicialmente para Primero de la ESO. De manera progresiva, se irá cubriendo toda la Secundaria y, se irán creando los materiales para cubrir la necesidades de los niveles inferiores de la educación obligatoria, de manera que en todo el itinerario escolar el alumno discurra sobre las mismas vías. En cualquier caso, ya ha pasado por las aulas, porque se ha enriquecido con las aportaciones de los 226 docentes que lo han testado y validado en 23 centros.

El promotor de EKI es Ikaselkar, el grupo de trabajo que crearon Ikastolen Elkartea y Elkar para desarrollar el curriculum vasco. A diferencia de lo que se ha hecho hasta la fecha en Europa -el proyecto es innovador a nivel europeo-, que ha sido adaptar materiales existentes a los nuevos postulados, en el caso de EKI se ha optado por partir de cero y reformularlo todo en función del nuevo paradigma que supone la educación basada en competencias. De ahí que para completar el material didáctico necesario para un único curso haya sido necesario el trabajo de muchos años de 47 profesionales de la enseñanza bajo la dirección de Mikele Aldasoro y Xabier Garagorri. «No se trata de cambiar unas fotos o de proponer una serie de actividades -afirman- es un cambio completo de visión que corresponde a otro paradigma educativo».

 Inicialmente, EKI (Euskal Curriculuma Konpetentzietan oinarrituta Integrazioaren pedagogiaz) es un proyecto vinculado al curriculum vasco. Contempla seis áreas de conocimiento (Euskara eta literatura, Lengua española y literatura, English, Matematika, Gizarte Zientziak y Naturaren Zientziak), en cada una de cuales se trabajan tres unidades didácticas por curso. Cada una de ellas tiene una secuencia «sólida y muy exigente»· con cuatro fases sucesivas, adaptadas a los objetivos que se persiguen y dotadas de sus propios mecanismos de evaluación. Tal como se puede comprobar en las demos disponibles en la web ikaselkar.com, no tienen mucho que ver con las tradicionales... Todo el planteamiento, además, incorpora los mecanismos necesarios para dar la respuesta más adecuada a dos aspectos ya integrados en la educación: las nuevas tecnologías y el multilingüismo.

En el mismo acrónimo de EKI se encuentra su esencia: la 'E' indica que es el desarrollo de Euskal Curriculuma que, bajo los auspicios del Departamento de Educación del Gobierno Vasco, elaboraron de manera conjunta entre 2000 y 2009 las ikastolas, los centros de Kristau Eskola y Sortzen-Ikasbatuaz. La 'K' remarca que el proyecto se basa en trabajar las competencias de los alumnos establecidas por las directrices europeas, y la 'I' recuerda que, para aglutinar todos los elementos, se ha recurrido a una visión propia de la Pedagogía de la Integración.

El 'perfil de salida'

Es una propuesta en la que «muchas cosas están muy ligadas al curriculum propio» porque «las competencias básicas se materializan de distinta manera en distintos contextos». No obstante, Aldasoro y Garagorri, que han ido contrastando su trabajo y lo siguen haciendo con los más destacados especialistas europeos en la materia, remarcan que «el prototipo, el planteamiento general, la arquitectura que luego se plasma en los materiales, que es lo que nos ha llevado tantos años de trabajo, es perfectamente compartible» con otros.

En el base de un planteamiento técnico bastante complejo que Aldasoro y Garagorri detallan con gran precisión subyace una idea que resulta sencilla de entender y que, en la educación basada en competencia, es algo así como el objetivo que lo condiciona todo: el 'perfil de salida'. Es, básicamente «lo que se espera que logre el alumno al terminar la educación básica y obligatoria». Y no se mide precisamente en conocimientos relativos a determinados contenidos, «porque los contenidos solos no aportan nada, no son un fin en sí mismo, sino un instrumento». Teniendo en cuenta que la función principal de la educación es preparar para la vida, «no se trata de acumular datos, sino de que lo que se aprende sea válido para la vida, y que lo que se aprende en una situación se pueda transferir a otra».

Y ahí entran en juego las competencias, que también son más fáciles de definir que de concretar y «que no son nada sin un soporte». Arbitrar los soportes y los procedimientos para que todo ese planteamiento tan innovador sea operativo y resulte útil a profesores y alumnos es, precisamente, lo que ha hecho EKI.

El proyecto EKI nace con vocación de desarrollar el currículo vasco 

Koldo Tellitu, presidente de IkasElkar, presentó ayer en el Paraninfo de la UPV/EHU el proyecto EKI, un conjunto de materiales de estudios «que tienen el desarrollo del currículo vasco como columna vertebral» y que estarán basados en «la competencia y la integración».

GARA | BILBO

   
    Koldo Tellitu

La asociación IkasElkar presentó ayer de manera oficial en el Paraninfo de la UPV/EHU en Abandoibarra el proyecto EKI, un proyecto «integral», tal y como lo definió Koldo Tellitu, basado en material educativo para centros de todo tipo, siempre con «el desarrollo del currículo vasco como columna vertebral de la pedagogía».

Según explicó Tellitu a GARA, el origen del proyecto presentado ayer en sociedad se remonta a 2008, cuando desde Ikastolen Elkartea se empezó a dar forma a un proyecto global «para impulsar y desarrollar el currículo vasco» en todos los ámbitos de la educación, tanto pública como privada. Este proyecto cristalizaría en un conjunto de materiales escolares que engloban apartados teóricos, pedagógicos y prácticos, «que preparen a los jóvenes de Euskal Herria para hacer frente a la realidad cotidiana».

Según explicó el lehendakari de Ikastolen Elkartea, existe un «amplio consenso» en torno a este proyecto, ya que en su elaboración han participado varios agentes educativos como Sortzen-Ikasbatuaz, Kristau eskolak y el responsables del Departamento de Educación de Lakua en el año 2008, bajo el mandato de Juan José Ibarretxe.

Tres letras, tres paradigmas

Este nuevo proyecto no pretende ser una mera reforma del modelo educativo y didáctico actual, sino que busca un cambio en profundidad, «un cambio de paradigma» como reconoce el propio Tellitu.

Ese cambio global es el que se pretende plasmar mediante el acrónimo EKI. La primera E representaría «el Euskara, nuestra lengua, nuestra identidad, euskal kultura, las bases que hacen más necesario que nunca un currículo vasco».

La letra K simboliza Konpetentzia (Competencia): «Mediante el proyecto EKI queremos formar a los jóvenes para la vida, educarles en el ámbito académico, para que puedan tener una salida laboral, pero también en el aspecto personal, que sean capaces de valerse por si mismos, que tengan las capacidades. Ese es el principal cambio. En EKI se potencian las capacidades, y no tanto los contenidos. Formar jóvenes competentes, no competitivos» explica Tellitu.

«La última letra, la I, corresponde al término Integrazioa, definiendo el modelo educativo que se busca. No es un cambio en los libros, no se trata únicamente de eso. Queremos un cambio a todos los niveles, que profundice en el currículo vasco. Y ahí influyen la manera de dar clases, el material que se usa, el tipo de prácticas, ese cambio global, integral, es el que se busca» añade el presidente de Ikaselkar.

La presentación oficial del nuevo proyecto vino precedida de otras presentaciones más técnicas o pedagógicas, un trabajo que ha durado varios meses. Ahora, como reconoce el propio Koldo Tellitu, queda uno de los trabajos más arduos: trabajar centro a centro, convencerles de la validez del proyecto y explicar los automatismos y peculiaridades del proyecto, para poder aplicarlos en cada caso.

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